MACHISMO
Esa manifestación de cretinismo que es el "machismo" no representa otra cosa que la general incultura 'de ciertos individuos unida a una infantil vanidad masculina. De ahí que suela aparecer como producto muy peculiar de países con mucho temperamento y pocas y malas escuelas.
Porque, ya se sabe, países de enseñanza descuidada prolongan indefinidamente el infantilismo de sus habitantes víctimas de la deficiente escolarización. Pero, no nos engañemos, también se da el "machismo" entre muchos individuos que han pasado, aunque quepa lugar a dudas, por parvularios, institutos y aulas universitarias. Y que, además, contrariamente a lo que se cree, pertenecen a clases sociales acomodadas y aun privilegiadas. Si, hay un "machismo" de señoritos mucho más lamentable que el de aquellos "machistas" que proceden de los estratos inferiores de la sociedad. Ejemplos abundantes nos los proporcionan las crónicas de sucesos con mucha más frecuencia que la deseada y cualquiera puede observarlo con sólo darse una vuelta por ciertos lugares de diversión de la "high society". Una carta publicada en la prensa y firmada por Merche Soriano, secretaria de la Asociación Democrática de la Mujer, nos ofrece un caso de machismo típico. Cuando ella y dos amigas esperaban el autobús en una céntrica calle madrileña, y a hora normal —las diez de la noche—, se vieron abordadas "guasonamente" —escribe Merche Soriano— por tres "machos", ante cuyo acoso Ies rogaron que se alejaran, molestas por sus frases y actitudes insolentes. Esta elemental defensa de las tres mujeres, parece ser que fue la chispa que encendió la pólvora. Los tres sujetos, en lugar de abandonar el campo, arreciaron en sus insultos y groserías, que llegaron a la agresión física —"bofetadas, patadas y cortes de manga..."—. La autora de la carta afirma que tales gamberros se encontraban perfectamente "sobrios"; es decir, que ni siquiera tenían el atenuante de "unas copas de más". Pero, con ser esto muy triste, lo es mucho más otra circunstancia que describe Merche Soriano. La agresión de que fueron objeto ella y sus amigas en plena calle madrileña fue contemplada, divertida y regocijadamente, por unos individuos que, al oír los gritos de los "machos", salieron a la puerta de un bar para asistir, como si se tratara de un espectáculo, a la escena, sin dignarse salir en ayuda de las agraviadas mujeres. Son varias las enseñanzas que se pueden sacar de este suceso. En primer lugar, la cobardía de tales "machistas" al atacar a mujeres solas y formando ellos un grupo de tres individuos. Es típico de los cobardes la necesidad que sienten de arroparse en el número para tener la sensación de superioridad. El "machista" busca siempre la compañía de congéneres suyos para actuar con más seguridad; por sí solo, en solitario, se ve desamparado y se cohíbe. Es de observar que casi siempre esta clase de sucesos son obra de dos o más sujetos. Otra enseñanza del caso es la conducta de los regocijados mirones; conducta que, por desgracia, se da muy a menudo y que viene a echar por tierra el mito de la "caballerosidad hispana". Aquí hay que añadir a la cobardía la estupidez. ¿Es posible que haya quien se divierta contemplando escena tan bochornosa? Y uno se pregunta qué clase de individuos es ésa, tan desprovista de una sensibilidad "normal" (siempre hay que poner entre comillas la palabra normal en estas ocasiones, porque, a lo peor, lo "anormal" es reaccionar con rabia e indignación ante el atropello y el abuso del débil por el fuerte) como para permanecer, no ya indiferentes, sino como espectadores interesados. Y se saca la conclusión de que aquellos mirones de que nos habla la secretaria de la Asociación Democrática de la Mujer son tan gamberros o más que los agresores "machos". Se podrían extraer algunas otras enseñanzas del caso como la relación entre la estructura social y educación, conducta individual y ambiente cultural, ética y política... Pero el lector las puede sacar tan fácilmente como cualquier sociólogo, porque sabe en qué país vive.
Por Paulino Posada
Publicado en la revista Play Lady el noviembre de 1976
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Artículos populares
-
Los españolitos de antes aprovechaban la Semana Santa para lanzar una canita al aire por esos paises del extranjero. Se iban a ver pelicul...
-
Si la tristeza es ya mi compañera y si el dolor ha llegado a ser hermano mío. todo se ha quedado en aguas de borrajas, porq...
-
Para este número, de la pluma del académico Camilo J. Cela hemos recapitulado lo que podríamos llamar "antología menos poética del cu...
No hay comentarios:
Publicar un comentario