FANTASTICO AQUELARRE
Desde la región central de la provincia de Salta hasta la ciudad de San Miguel. de Tucumán, y, por el Oeste, hasta las cumbres que bordean los altos valles calchaquíes, se desarrolló al principio de la era critiana —en el siglo XI se extinguió inexplicablementeuna cultura que los estudiosos llamaron de La Candelaria, a raíz de un poblado homónimo, cerca del cual se encontraron sus primeros rastros.
Selvas espesas y una constante humedad jalonan los contrafuertes, completamente despoblados, de la serranía de Las Pirguas. Corriendo de Nortei Sur, a través de los limites provinciales, la alta región —más de 2.400 metros sobre ei nivel del mar, continuadas neviscas en invierno y pertinaces lluvias estivales que hacen la marcha por el fangal pesada y peligrosaes un paraje olvidado por el mundanal ruido y sobre el que se tejen curiosas historias. El paisaje, altos riscos tachonados aquí y allá por infinitas cavernas. de fácil acceso algunas y casi tapadas otras. es algo misterioso. Es como si la bruta Pachamama quisiera guardarse un secreto añejo, y es quizá por eso que los lugareños se cuidan tanto de hablar, y cuando alguien menciona la consabida fábula de los cementerios indígenas, esbozan sonrisas tontas que se quedan a mitad de camino. Hasta que hace pocos meses…
FALTA DE MEDIOS
A principios de siglo, el profesor Juan B. Ambrosetti, considerado padre de la arqueología argentina, recorrió incansable las llanuras cercanas a esta región hasta dar con algunos breves restos de lo que identificó como una cultura desconocida hasta entonces. la llamada cultura candelaria. Sin embargo. la falta de medios hizo que pasaran más de cuarenta años antes de que otros arqueólogos explorasen e investigaan el aún desconocido y entrañable misterio de los candelarios. En 1941, el profesor Aparicio, de la Universidad Nacional de Buenos Aires, se interesó por el descubrimlento de su antiguo colega y se internó en la montaña a fin de explorarla concienzudamente. empresa que no duró más de una semana y que alentó a Aparicio a realizar otra expedición, ya que la falta de medios adecuados y divisas abortó los proyectos de una Investigación exhaustiva. Aparicio, apremiado por las dificultades y la falta de dinero, regresó a Buenos Aires algo desilusionado, pero siempre decidido a volver, esperanza que vino a truncar su muerte. Puede que sea menos dificultosa la tarea, ardua por cierto. de desempolvar viejos tesoros de la rogada de la Humanidad que movilizar y com r en vida una gestión burocrática... El hallazgo del profesor Aparicio había si ” relativamente pequeño: una vasija de mediano _maño llena de restos vegetales, que los estudiosos de antaño no supieron valorar correctamente, ya que era similar a miles de vasijas que anualmente se desentierran en los polvorientos antigalas [yacimientos arqueológicos) de las provincias norteñas. Su valor real sólo se descubrió alrededor del año 1960, cuando mediante repetidos fechados de Carbono 14 se le estableció una antigiiedad que fluctuaba en los mil cuatrocientos años. Conociendo ya la fecha de la vasija. el panorama cambia totalmente para los científicos, y se esbozan los planes para llevar a cabo una expedición a las fuentes del hallazgo en busca de más restos de valor, expedición que necesitó once largos años para su puesta a punto, hasta que. finalmente, a mediados del 71, se realizó.
Vemos entonces el porqué de la importancia dada al hallazgo de la reciente expedición del Museo de Ciencias Naturales, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, que entre los meses de marzo y mayo de 1971 logró descubrir y rescatar más de ochenta urnas funerarias, pucos (vasijas), alfarería y diversos utensilios de uso diario; tal cantidad, que un camión de mudanzas debió trasegar por dos veces la larga distancia que une Salta y La Plata a fin de trasladar el hallazgo.
EI. QUE NO SABE "LO QUE BUSCA. NO INTERPRETA LO QUE ENCUENTRA"
Tal es el lema usado por el jefe de la expedición, doctor Alberto Rex González (director de la División de Arqueología. destacado especialista, quizá el más renombrado del pais), quien en vista de los antecedentes. realizó en el año 1969 una prospección del terreno, logrando ubicar algunas cavernas. entre ellas varias ya exploradas someramente por Aparicio y, asimismo, delimitar la zona en la que se trabajaría más tarde. La preparación de la expedición llevó dos largos años, al cabo de los cuales se disponían de todos los medios técnicos y económicos necesarios —costó aproximadamente un millón de pesos viejos (cien mil pesetas). Los integrantes, el doctor Rex González, su esposa, Ana Montes. dibujante, y los señores Domingo Garcia, preparador, y José Togo, estudiante a punto de licenciarse, no pensaron, según cuentan, en ningún momento hallar algo más que restos de alfarería similares a los hallados anteriormente. El yacimiento se hallaba a más de seis horas de mula del poblado más cercano. Seis horas a través de oscuros senderos selváticos, en los que las garrapatas y las plantas espinosas no perdonaban hombres ni caballos. Al llegar a él se toparon los desgastados expedicionarios con grutas de múltiples tipos, secas algunas, extremadamente húmedas otras, laberinticas galerias virtualmente inundadas por las filtraciones de agua que, escurriéndose por las paredes oscuras de esos grandes agujeros, tapizaban de charcos de agua quieta la oscura soledad, en cuya conquista se empeñaban los investigadores, removiendo en silencioso respeto la tierra con palas y con cucharines no más grandes que la palma de una mano y pinceles, en un intento que se iba tornando cada vez más pesado a infructuoso.
Así, con bastante pena y ninguna gloria, transcurrieron los tres primeros días de búsqueda, hasta que el joven Togo, que se encontraba cavando en algún oscuro recoveco, descubrió un cráneo humano semimomificado. Con su circunspección oriental (Togo es descendiente de japoneses), dio aviso a los otros científicos, que entre tanto buscaban en otras cavernas. Estos, con sonrisa de oreja a oreja. lograron desenterrar el cráneo. que resultó ser el cadáver de una mujer perfectamente conservado. Animados por el hallazgo, continuaron cavando todos en la primera caverna, que posteriormente no se prodigó en más sorpresas, salvo una tremenda urna de metro y medio de alto conteniendo un impenetrable rostro de adustos rasgos, dueño de vaya a saberse qué incógnitas mensajes, tan escondidos tras su pétreo rostro y su mirada penetrante, una cabeza repleta de gran cantidad de hueso, virtualmente desintegrados por el pilón de años y la humedad. Sólo polvo, del que venimos y al que retornamos...
Y así se fueron sucediendo otras importantes sorpresas. Cuenta el doctor Rex González que al entrar en una gruta se encontró con un vaso parcialmente roto: -La fractura era fresca, y podía comprobarse a simple vista que se había producido en fecha mucho más reciente que la de su fabricación. La explicación, por lo tanto, era una sola: la pieza habría caído por un desprendimiento de tierra. Y un poco por esa intuición que se adquiere con la experiencia, pedí a uno de los peones que trepara hasta una de las galerías más altas de la caverna. Así lo hizo el hombre, y después de unos minutos bajó con los ojos desorbitados por el miedo y la noticia: arriba h_abía montones de urnas funerarias que dejaban adivmar los cadáveres en ellas encerrados y que causaron un expiicable terror en nuestro humilde colaborador serrano—. No era para menos, a causa del horripilante espectáculo a la luz de una vela y en la penumbra.
El hallazgo reanimó rápidamente a los científicos, que en optimista premura cuadricularon los farragosos pisos de la gruta en busca del sector más rico del antigal. (Cuadricular significa en la jerga antropo-arqueológica dividir el suelo en porciones rectangulares. que a su vez se dividen en estratos que se van denominando según antigüedad de los restos en él hallados y profundidad. Finalmente, se establece una coordenada tridimensional, que sirve a los arqueólogos para poder cavar las capas geológicas ordenadamente y facilitar, al rotularse todos los hallazgos correspondientemente. su posterior estudio y análisis en laboratorio.)
A través de seis grutas desgranaron los investigadores, poco a poco. la conducta de esta peculiar civilización. La mayoría de tales cavernas tendrían el carácter de cementerios familiares, aunque bien pudieron ser necrópolis cercanas a asientos indígenas que aún hoy se buscan, y otras resultaron ser viviendas. que si bien los antiguos aborígenes no habitarían regularmente como trogloditas. llegaban a ser seguros refugios en caso de necesidad. Así. al terminar la búsqueda, se habían encontrado más de ochenta urnas funerarias. en tamaños que iban de los cincuenta centímetros al metro y medio de alto, algunas de las cuales contenían más de una momia (aunque no se trata en realidad de momias. lo que implicaría un procesamiento especial de los muertos que nunca se ha dado entre las culturas argentinas; si, en cambio de cadáveres disecados por la acción del tiempo) de niños. ancianos o mujeres: incluso se halló una que contenía más de cinco cadáveres, y encima de todos ellos. como sangriento regalo al más allá, un niño sacrificado.
Empolvados, regresaron finalmente los expedicionarios. y al llegar a La Plata, según contaba un lenguaraz, era difícil distinguirlos de su macabro hallazgo; flacos, sucios y demacrados por el esfuerzo. se les veía más acartonados que a las mismas momias. Y no resultaba difícil. en cambio. intuir el porqué de tanta suciedad, ya que el agua —-—de deshielocorría cantarinamente por el fondo de la quebrada entre la nieve. obligando a los científicos al módico higienizamiento de una lamida de gato matinal, única práctica observada en los tres meses qu duró la fructífera excursión.
SISTEMA DE COMUNICACION
Tanto cualitativa como cuantitativamente ——es la primera vez que se encuentran restos humanos pertenecientes a la cultura de La Candelaria—. el hallazgo es de altísima importancia para el estudio del origen y desaparición de esta vieja civilización, que jugó un importantísimo —rolen el desarrollo sociocultural del Noroeste argentino. Interrelacionada con culturas como las de La Aguada (desarrollada en el valle de Hualfin, entre las provincias de Catamarca y La Rioja. entre el 650 y el 850 d. C.). con las del valle de San Francisco, con las diversas culturas de Santiago del Estero e incluso de alguna forma no develada aún con las lejanas tribus de las llanuras adyacentes del Atlántico y con el misterioso Tiawanaku.
El desarrollo de La Candelaria estaría emparentado con las culturas de más al Oeste, y es especialmente en las joyas donde se observa el fruto artesanal de aquéllas. Rudos artesanos, trabajaron con infinita finura alhajas de oro, galena y turquesas. Las formas repetidas infinidad de veces en la cerámica recuerdan a las de La Aguada y un cierto tipo de vasos de madera —que inclusive llegó a ser usado por los incasmezcla de línea curva y los detalles geométricos del exquisito arte tiawanakota.
Con respecto a La Aguada. se piensa que existe una relación genética. sin que se sepa a ciencia cierta cuál es la que precede a la otra. Para dilucidar este misterio. una serie de fechados mediante Carbono 14 serian necesarios, y de éstos tan sólo se han realizado para la cultura Candelaria dos o tres, cuando se consideraría correcto el fechar de quince a veinte piezas para con certeza asegurar su antigúedad. En el Museo de Ciencias Naturales de La Plata existe un completo laboratorio de fechado mediante Carbono 14, que se instaló a un costo de varios millones y que, curiosamente, por falta de técnicos y una deficiente instalación, no funciona. Por tanto, los fechados se realizan en laboratorios del exterior. como el de la Universidad de Groningen. en los Países Bajos. -¿Dónde se fecharán?-. preguntamos. Y en la respuesta esbozada por el doctos Rex González -—uNº sé; donde y cuando podamos-se trasunta una cierta resignación. No es casual que el ¡Museo de La Plata, que en algún momento figuró entre los primeros del mundo. ocupe ahora un desventajoso decimoquinto lugar…
Es algo que resulta inexplicable el que entre tantas otras cosas se hayan encontrado largos y bellos collares de conchas marinas, especies típicas del occéano Atlántico, a más de 2.000 kilómetros de los contrafuertes andinos, lo que habla de un extraordinario intercambio de mercancías. de un insólito sistema de comunicación. porque hay que pensar que estamos en el primer milenio de la era cristiana y que esos 2.000 kilómetros debían ser cubiertos por estos primitivos. aunque no tanto, a través de desiertos. los grandes ríos mesopotámicos (en Argentina se llama Mesopotamia ¡¡ la zona encerrada entre los rios Paraná y Uruguay) y las pictóricas selvas del Sudeste brasileño plagadas de alimañas en aquellos remotos tiempos. Relaciones que quizá no fuesen todo ”lo pacíficas que se puede pensar. sino simplemente relaciones a garrotazos. guerras civiles o de conquista: prueba de ello son las innumerables fracturas, contusiones, rajaduras craneanas, muchas de ellas perfectamente soldadas, y que se ha comprobado no fueron la causa de la muerte del individuo, que vivió muchos años—: lo que demuestra vastos conccimi—entos médicos y un espíritu no del todo tranquilo que digamos...; relaciones con tribus que habitaran las Pampas costeras en tiempos tan remotos como el siglo V. d. C.. que, según otra teoría, indican una adaptación de comunidades de la costa trasladadas a la montaña.
Fueron también, como casi todas las tribus andinas, criadores de llamas. y pastorearon sus grandes rebaños por las altas cumbres de la zona e hilaron preciosamente la lana. teñida en brillantes colores, aún hoy radiantes. con la que vestían a los numerosos muertos. Entre tantas ofrendas a los finados, los mates, conocida infusión criolla, ocupaban un preponderante lugar, junto a importantes cantidades de cebil. un poderoso alucinógeno que era fumado durante las ceremonias religiosas y en los ritos funerarios por los condolidos parientes y amistadas. Nunca he oído hablar de un velatorio más entretenido: en vez de chistes picantes. un sustituto de la marihuana...
Múltiples conjeturas se pueden establecer alrededor de estos Indígenas. Es evidente la fe en una vida de ultratumba, por los alimentos dejados junto al muerte. Se podría establecer la existencia de un culto de tipo agrario o algún tipo de asociación, al ofrendar vidas humanas para asegurar la fertilidad de la tierra. La inexistencia de iconografía en la cerámica (clave para determinar las religiones de los indígenas americanos), decorada tan sólo con motivos geométricos, desprovistos de toda simbología, reduce el aspecto religioso a un simple juego de suposiciones intelectuales: varios cadáveres de niños sacrificados confunden más aún las perspectivas. Sobre un cúmulo de cadáveres hallados en la urna mayor habia un infante con un tremendo cráneo y el cuerpo horriblemente arqueado. como si en el lapso que tardó en llegar al ¡rigor mortis- hubiese sido levantado por las espaldas varias veces. como ofrenda sangrante; además, en una pequeña urna cercana se halló, cubierta de sangre reseca que posteriormente a los análisis demostró ser la misma de la infeliz criatura. 'el hachuela ritual con que se le asesinó brutalmente. Acaso fuese éste el medio con que estas gentes rudas, casi paleolíticas. asegurasen a sus muertos una vida ultraterrana plácida, tranquiIizando a los dioses con sangre de niños masacrados impíamente en el holocausto del arca sacra... Nadie lo sabrá NUNCA.
Dos gemelos idénticos plácidamente desgranaban su sueño de siglos en una misma urna. bien arropados y juntos como para soportar mejor el frío de la muerte. Los análisis demostraban que. infaliblemente. sin lugar a dudas. habían perecido el mismo día, arrancados a su madre para morir por la fe en algo que ahora nadie recuerda ni necesita. (En la antigiiedad se consideraba un hecho extraordinario el nacimiento de gemelos. a los que se les consideraba desde pequeños como casi divinos y se las consagraba a los dioses, a los que, una vez alcanzada una cierta edad. eran estúpidamente sacrificados.)
Es asi que desde hace un cierto tiempo una muerte añeja ronda por el laboratorio de Arqueologia del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, donde se ha depositado macabramente en fantástico aquelarre. cubriendo literalmente todo con su manto silencioso. Cráneos. fémures. pieles. todos hitos de un tiempo que pasó, inspiran un cierto sentimiento, mezcla de temor y respeto, a los cientificos, que seguros de su pecado les manosean en busca de datos. de desentrañar su historia. Algunos parecen dormir dulcemente, hay en otros un rictus de dolor. un alarido congelado, una desesperación entrañable. tal como las negras estatuas de hierro de Giacomettl.
Entre la cantidad de amarronados huesos, dos cabezas de ahorcados reúnen la más fuerte expresión: los ojos, fuera de las órbitas; la lengua, entre los dientes; el cuello. retorcido y apretado: la muerte y el dolor congelados como en una fotografia de carne seca. salvando las distancias y el hecho de que eso que se ve como una figura de -papiermachée» es lo que queda de un ser humano, alguien que una vez vivió. habló. transitó los repechos de las altas montañas tras sus llamas, quena en mano: un alguien del que no sabemos cuál fue la triste cau sa que lo llevó a tan triste ejecución. —Sic transit glorias mundi…-.
Una enigmátlca esfera de piedra, perfectamente pullda, plasma eternamente un volumen inexistente en la Tierra .por fuerza natural, un volumen que el Sol. la Luna, con su mágica atracción sobre el humano. o los demás planetas, podrían sugerir un recóndito significado ritual, una piedra más en el eterno rompecabezas de los que teorizan acerca de posibles contactos entre seres ultraterrenos e Indigenas americanos, otro mlsterlo que permanece, por el momento, insondable... (Estas misteriosas bolas de piedra se han hallado a lo largo de toda América. Mayas, aztecas, incas, chimúee, chibches, quechuas, y hasta los extraños constructores de la puerta del sol en Tiawanaku las salieron usar; nadie sabe a ciencia cierta para qué. La cuestión es que estas bolas. que como las encontradas en Costa Rica llegan a veces hasta el metro y medio de diámetro y a veces están grabadas en códigos lndescifrables. suponen, según algunos, una representación o mapa de la esfera celeste con sus constelaciones. etcétera.) De todo este colosal hallazgo se habla desembalado. en el momento de la entrevista. tan sólo una pequeña fracción y no se habian comenzado aún los estudios de rigor. Como ya se dijo. había entre lo descubierto gran cantidad de semillas y frutos en perfecto estado de conservación, y no seria raro que se tratase de Intentar la germinación de alguna de aquéllas como ya se hizo anteriormente luego del descubrimiento. reciente, de la ciudad enterrada de Santa Rosa de Tastil. provincia de—Salta, donde se logró completar la germinación de semillas. aietargadae por más de quinientoa años, que. a pesar de un pertinaz geotropismo negativo —Ias raices crecian hacia arriba. los tallos hacia abaio—. dio plantas similares a las semillas actuales germinadas en igualdad de condiciones). y causa pena. a pesar de que, por supuesto, una semilla es biológicamente mucho más sencilla que un ser humano y es sabido que cuesta mucho menos trabajo hacer funcionar nuevamente un aparato sencillo que uno complejo. lo que. entrando por supuesto en un vericueto de la imaginación, sabemos imposible, pero que podemos imaginar la maravilla que resultaría el que nos pudiese conter, supongamos… el ahorcado antes mencionado. supuesto criminal. si sacándole de su dolor interminable pudiésemos volverla a la vida… Seria como un despertar de un sueño de mii quinientos años...
MARIO R." SANZ Copyright by DE PIETRO PRESS INTERNATIONAL—PERSONAS
Publicado en la revista Personas el marzo de 1973
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