No hay dinero, pero necesitamos comer
Resulta curioso que sea el quetzal, la moneda de un país iberomericano pequeño y sin gran importancia económica, la que resulte ser la divisa más segura del mundo; desde el punto de vista de que ha sido la menos erosionada en su poder adquisitivo. En cambio, monedas consideradas como "fuertes" han tenido que pagar un importante tributo a la inflación. Este puede ser el caso del franco suizo, que en los diez últimos años perdió el 33 por 100 de su valor. En el extremo inferior de la lista figuran dos países de América del Sur, que a los ojos de los europeos son víctimas de una inflación "galopante", aunque ellos ya parecen acostumbrados a este estado de cosas. Son Brasil y Argentina, que vieron có mo el cruzeiro y el peso perdían el 96 y el 90 por 100 de su poder de compra.
NO HAY LIQUIDEZ
¿Qué es lo que está pasando? El hombre de la calle, poco ducho en cuestiones económicas, y el ama de casa que hace muchos números, pero que no sabe por qué nunca le valen sus cuentas de un dia para otro, se hacen la pregunta una y otra vez sin lograr nunca entender cómo es y cómo se desenvuelve ese -poderoso caballero que es don Dinero—. Porque —y esa es otra—— resulta que don Dinero ya no es poderoso, sino débil, inconsciente y poco fiable, pese a todas las apariencias.
Resulta que el dinero vale poco, y que hay poco dinero. El dinero escasea, y eso es fácil comprobarlo en los mismísimos Bancos. Las peticiones de créditos se amontonan esperando tiempos mejores, cuando no van directamente a la papelera. Los Bancos han gastado más de lo que podían en sus inversiones, el Estado ha gastado más de lo debido, el hombre de la calle también. Se habla de que no hay liquidez bancaria, y la verdad es que la falta de liquidez se extiende a todos.
Y junto al problema de falta de dinero está la necesidad,irrefrenable de gastar. ¿Que no hay dinero suficiente? Muy bien, recurrimos a los cómodos plazos mensuales. ¿Cuántos objetos posee el hombre ahora de forma ficticia, porque no son suyos? ¿Qué sucedería si de pronto se recogiera todo lo que no está pagado, pisos, coches, electrodomésticos, créditos...?
Es imposible imaginarlo porque el problema sería de magnitudes catastróficas. Además, el hombre ya no sabe prescindir ni en parte del consumo. Ha perdido el gusto de ahorrar, y sólo le interesa gastar, invertir, emplear de alguna forma el dinero.
Y como el dinero vale poco, no hay suficiente. Y esperemos que llegue el terrible 1974, que se va a inaugurar con subida general. Los coches, la gasolina, los alimenzos, los libros, los muebles, y una lista larguísima, en la que, quizá, se acabará antes diciendo que todos los artículos de consumo suben. Esto motivará que aún tendremos menos dinero, porque nos servirá para comprar menos cosas, es decir, que se habrá depreciado más, que habrá más inflación y, en definitiva, que si el panorama ahora es malo las perspectivas no son más halagiieñas.
¿Cómo se podría solucionar esto? La solución parece que no está muy al alcance ni de las mentes más privilegiadas, puesto que las principales monedas siguen en —flotación-. La autonomía monetaria es indudablemente una condición previa para la estabilidad de los precios, pero sin embargo esa autonomía monetaria nacional no seria capaz de eliminar ella' sola la inflación actual.
A largo plazo, sin embargo, las perspectivas de una mayor estabilidad de preciosno parecen del todo imposibles. Esto, si los principales países industriales siguen una política prudente en el terreno monetario.
Mientras tanto la ilusión por el dinero en las sociedades inflacionarias no tiene razón de ser, ya que los ingresos son corroídos rápidamente por los aumentos en los precios”. Existe además el peligro de que el empeño actual por frenar la inflación produzca recesión, y que los esfuerzos subsiguientes por restablecer la normalidad reactiven la inflación, como ha venido sucediendo.
UN FUTURO INCIERTO
Los pesimistas siguen pensando que el mundo está condenado a una inflación perpetuamente rápida de ámbito mundial. Pero no hay que olvidar que la inflación actual se debe en parte a la subida de los artículosde primera necesidad. y éstos pueden bajar tan rápidamente como subieron, una vez que desaparecen las expectativas exageradas. Esto que parece incierto y paradójico es lo que sucedió después de estallar la guerra de Corea. No se puede hacer cábalas sobre si la historia se repite o no, pero lo cierto es que la inflación no puede seguir avanzando hasta el infinito, al menos a la misma velocidad.
Hay quien piensa que sólo una catástrofe y una vuelta a empezar podría solucionar muchas cosas, pero una visión tan poco optimista no sólo no es deseable, sino poco probable. Hay que confiar un poco en la voluntad humana que encontrará un resquicio para salir del atolladero. Y si no, al tiempo. '
EL "AÑO NEGRO" DE LA PESETA
A lo largo de los diez primeros meses de 1973, la peseta ha perdido un 12 por 100 de su valor adquisitivo. Mes tras mes, el valor de nuestra moneda era -mordido- en estos porcentajes:
MES (%)
Enero 0,76
Febrero 0,45
Marzo 0,83
Abril 1.42
Mayo 1,47
Junio 1,45
Julio 0,93
Agosto 1,63
Septiembre 1 ,74
Octubre 1 ,57
Publicado en la revista Personas el diciembre de 1973
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